miércoles, 10 de noviembre de 2010

Será un placer saltarme las reglas

A mi juicio, los doctos cerebros de la RAE se han lucido con sus nuevas reglas ortográficas... Algunas pueden tener un cierto pase, pero me parece tremendo que recomienden no emplear la tilde para distinguir el adverbio "sólo" del correspondiente adjetivo. Con esta regla, en oraciones como "Los lunes voy solo al cine" nadie podrá discernir si resulta que los lunes voy al cine sin ninguna compañía, o bien que únicamente voy al cine sin ir después a ningún sitio más... Igual tratamiento se propone para los pronombres demostrativos con respecto a los determinantes del mismo tipo: todos sin tilde. Por no hablar de GUIÓN y TRUHÁN... así que dicen sus señorías que se trata de monosílabos, ¿no? Pues, sinceramente, NO conozco a nadie que pronuncie estas palabras como tales monosílabos. Desde luego que no faltan las voces necias de aquéllos que -no muy diestros en el manejo escrito del idioma- aprueban estos cambios alegando que "así habrá menos lío de acentos", y se suscitarán menos dudas al escribir. Para ellos podríamos proponer que también se eliminara la V y lo escribiéramos todo con B de borrico, o, más aún, cargarnos de un plumazo todas las palabras con H inicial. En lo que a mí se refiere, suscribo plenamente las palabras de Javier Marías, que asegura que seguirá escribiendo como le dé la gana... Faltaría más... Todos sentimos la lengua como algo más que personal, íntimo, y que nos la manipulen supone una agresión casi como que nos saquen una muela sin anestesiar... Estos días estoy muy atento a las impresiones de los profesionales de las Letras sobre el tema... y especialmente me divierte imaginar los chispeantes exabruptos que posiblemente lanzarían, si aún vivieran, con su espontánea y pulcra virulencia léxica, dos de los mayores prosistas de nuestra literatura reciente, acérrimos puristas y certeros maestros de la Lengua: Francisco Umbral y Camilo José Cela, siendo éste último académico de la RAE desde el año 1957, con el sillón Q, letra que acaba de entrar en desgracia cuando se presenta en cultismos como quórum o topónimos como Iraq o Qatar. (Fran Serrano)